La serie What If…? de Marvel Comics nos presenta una idea fascinante y a la vez compleja: plantea escenarios alternativos donde un solo cambio —un simple “qué pasaría si”— puede darle un giro radical a toda la historia que conocemos. Estos universos paralelos o “multiversos” nos invitan a imaginar cómo pequeñas decisiones o eventos distintos podrían transformar completamente el rumbo de la vida de un personaje, o incluso del mundo entero. Por ejemplo, piensa en las películas de Marvel que has visto. ¿Qué pasaría si un héroe hubiera tomado una decisión diferente? ¿O si un evento crucial no hubiera ocurrido? Este tipo de historias nos hacen reflexionar sobre lo frágil y sorprendente que puede ser el rumbo de las cosas.
Ahora, si aplicamos esa misma lógica a nuestra vida personal, podemos hacernos preguntas poderosas: ¿Qué sería de mí si hubiera nacido en otro lugar? ¿Y si mis padres hubieran sido otras personas? Pero, yendo más allá, ¿qué pasaría si Jesús no hubiera llegado a la historia? ¿Si nunca hubiera interrumpido nuestros planes, nuestras sombras y las crisis que enfrentamos? ¿Cómo serían hoy nuestras vidas, nuestro carácter, nuestra sociedad?
Sin Jesús, la vida sería una versión incompleta, rota y sin esperanza. Seríamos personas con una visión corta, atrapados en un camino egoísta como caballos con anteojeras, buscando llenar vacíos con placeres temporales y satisfacciones pasajeras. Estaríamos persiguiendo el éxito confundido con propósito y la aprobación confundida con amor. Lo más doloroso: creeríamos que ese estado es suficiente, que no hay nada más.
Pero Jesús llegó. Y no fue una llegada con efectos especiales, ni una historia de fantasía. Llegó con una cruz, una interrupción real, poderosa y profunda que transformó nuestra realidad para siempre. Su llegada cambió la historia humana y abrió la puerta para que pudiéramos experimentar una vida nueva, llena de propósito y redención.
Quizás en tu historia personal hubo un momento de quiebre: una enfermedad, una traición, una pérdida, o ese vacío que por años no lograste llenar. Justo en medio de ese caos, Jesús apareció. No llegó tarde, llegó justo a tiempo, en ese momento preciso que necesitabas.
El apóstol Pablo lo dice claramente en Romanos 5:6-8: «Cuando todavía éramos incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento justo y murió por nosotros, pecadores. Dios mostró así su gran amor por nosotros». Ese “momento justo” no es cualquier cosa, es un momento canónico, un punto que cambia toda la historia para siempre.
Entonces, si nunca te has detenido a pensar en esto, ¿qué tal si tu What If…? es hoy? ¿Y si este es el instante en que decides permitir que Jesús cambie tu historia? Porque como dice Eclesiastés 7:10, «Nunca digas: ‘¿Por qué todo tiempo pasado fue mejor que este?’ Eso no es sabio». Lo mejor no fue lo que fuimos antes, sino lo que Dios está haciendo y hará en nuestra vida ahora y en el futuro.
Así que cuando te preguntes «¿Qué hubiera pasado si Jesús no hubiera llegado?», recuerda esto: gracias a lo difícil, a lo roto y a lo malo, conocimos lo mejor. Y ese “mejor” se llama Jesús.